En la fontanería se usan determinadas medidas para hacer este tipo de trabajos, ya que resulta mucho más práctico. En la fontanería, el uso de la pulgada es una medida tradicional ya que sigue usándose en muchos contextos.
De forma tradicional, la pulgada se media con la falange del dedo pulgar, concretamente la primera. Es un método funcionaba, aunque dependía un poco del dedo de cada persona, por ello tiene un determinado margen de error. En la actualidad es una medida adaptada de la inglesa, que medía algo menos que la pulgada española que medía 25, 4 originales, mientras que la de Inglaterra 25,4, con lo que se hizo una medida estándar.
Para evitar las confusiones, es importante indicar que en fontanería se puede hablar de una pulgada también para referirse a otros elementos de distinto diámetro, dependiendo del tipo de tubería ya que ha cambiado a lo largo del tiempo.
Por estas razones siempre corresponde usar los materiales que se ajusten a las necesidades actuales, ya que las pulgadas se establecieron cuando las tuberías se hacían de hierro. En la actualidad se usa mucho más otro tipo de materiales como es el cobre, el plástico, el PVC e incluso el hormigón.
Lo más normal es que en la fontanería haya unas tablas de equivalencia con lo que poder calcular el diámetro, no solo de las tuberías, si no también de las rosas que se van a usar. Todos estos datos nos pueden servir para tomar las mejores decisiones a la hora de realizar una obra de fontanería, aunque cualquier duda siempre puedes preguntar a los fontaneros y especialistas expertos en este sector.